jueves, 26 de febrero de 2009

- ¿Qué somos? - ¡Licenciadas!



Hoy hace un año que somos licenciadas. Un año de aquel trabajo práctico interminable que casi nos deja únicamente con las ganas del título.
Recuerdo y vivo el día nuevamente con la ansiedad de no saber qué es lo que puede llegar a pasar. Con ese miedo terrible y catastrófico que tenemos los estudiantes de ser reprobados. Muchas veces perdemos de vista lo realmente importante y otorgamos demasiada importancia a cosas que en realidad no la tienen. Eso me pasó y nos pasó mucho durante toda la carrera (a algunas más que a otras, je!). Pero siempre llega la pregunta salvadora: ¿Qué es lo más terrible que puede pasar? ¿Un dos? Si es un dos claramente no estabamos bien preparadas y deberemos volver y ser millones. De todas formas esa tranquilidad duraba instantes y el miedo volvía a arremeter.

El 26 de febrero de 2008 fue uno de los días más largos de mi vida. Pasé todo el fin de semana previo encerrada en la casa de mis padres con Rocío y Paula haciendo el trabajo práctico. Mientras nosotras nos quedabamos puertas adentro, Daiana estaba en pinamar acusando estrés. Flor se la pasó diseñando 90 power points, y Sol, por ser sombrero negro, quedó desinvitada automáticamente de cualquier encuentro de estudio (en realidad temíamos tener que empezar a hacer todo el TP desde cero).
Esperamos a ser llamadas en los tan conocidos pasillos de la UCA. Nos acompañaban padres, hermanos, abuelos, novios, primos y flores, muchas flores que anticipaban una victoria que tardaría varias horas en llegar. Pero llegó. Y con ella saltamos y saltamos sin parar. Estábamos felices de haber logrado recibirnos todas juntas, defendiendo un mismo trabajo, tirando para un mismo lado. Después de 4 años verdaderamente habíamos logrado conformar un equipo de trabajo.
Aquel día poco me importó el tobillo esguinzado, y seguimos festejando y riendo y llorando hasta quedar agotadas.


¡Gracias Gianoli!
¡Felicitaciones chicas!
Mirthi

sábado, 21 de febrero de 2009

Amiga!


Hoy hace un mes que Ro, una de mis mejores amigas, se fue a vivir a Londres. Para que todos sepan de quién hablo es la chica tan linda que fue mi testigo en el civil.

Como siempre decimos con Ro, no sabemos en qué momento es que nos convertimos en amigas. La realidad es que a los 20 años me di cuenta que la vida me había dado una hermana a la que nunca antes había conocido....en La Plata!!.
Con ella aprendí lo que yo llamo "telepatía de la amistad". Sin tener que mediar una sola palabra, sin tener que mirarla, tal vez sólo leyendo un mensajito de texto sabía qué era lo que le pasaba. Y reconozco que a ella también le han entregado un manual de "como lidiar con Vicky". En este mes transcurrido descubrí que la telepatía trasciende continentes.
Quiero que sepas que extraño horrores una ronda de mate en mi balcón, pero estoy feliz de todo lo que estás viviendo, amiga! Es tu año, búfalo! jaja
Nos estamos viendo. Aún no sé en qué ciudad ni de qué país, pero nos vamos a ver!.

Te extraño.
Vicky

miércoles, 18 de febrero de 2009

El Perfume

Normalmente cuando digo esto me cargan, pero mi mujer tiene el olorcito más rico y característico que sentí en mi vida. Puede que mi apreciación no sea 100% objetiva pero realmente creo que es así.

Se lo digo desde que empezamos a salir y se lo dije ya tantas veces que me manifestó su preocupación sobre qué pasaría si algún día lo perdiese, o si yo respondo a un instinto meramente animal y estoy con ella no por sus cualidades, sino…por su olorcito.

Todo esto puede resultarles gracioso pero puedo asegurarles que su preocupación encaja perfectamente como uno de los tantos miedos irracionales de mi mujer. En realidad, los dos sabemos que mi amor por ella poco tiene que ver con esto pero ciertamente sería una pérdida importante, algo que no estaría dispuesto a negociar.

Con el largo del pelo pasa algo bastante parecido. Sabe que me encanta el pelo largo y, al mismo tiempo, soy consciente de la poca paciencia que tiene para atender los requerimientos de un pelo largo y saludable. Tanto con el pelo como con su olorcito, cree que si los pierde puede ocurrirle algo similar a lo que le pasó a Sansón…perder su fuerza…perder su poder de atracción.

Varias veces – por no decir millones- intenté convencerla de que es imposible que pierda su olorcito. No tuve mucho éxito. Su gran imaginación le provee miles de razones que puedan eventualmente atentar contra su olorcito.

Yo, por mi parte, me dedico a disfrutar uno de los grandes placeres de mi vida: sentir su olorcito. Especialmente se concentra en su cuellito y en su pecho, y se pone realmente bueno por las tardes, luego de acumularse durante todo el día. Siempre que siento su olorcito no puedo evitar sonreírme, abrazarla, y decirle al oído “a nuestros hijos les va a encantar”.

Nacho U